En todas las ciudades y pueblos hay lugares recónditos. Espacios donde se tiene la sensación de que puede pasar algo. Algunos lugares hablan por sí solos. Algunos húmedos jardines parecen pedir a gritos un crimen; algunas casas viejas quieren estar embrujadas; hay escalinatas que buscan su tragedia...
En mi pueblo ese lugar era el Parque Cataluña, lleno de verde y agua, semi-iluminado de noche, con miles de recovecos para el amor, el trapicheo y el peligro..a partir de cierta hora era conveniente no cruzarlo y siempre se bordeaba con los sentidos alerta. De mas joven, ya de noche, lo atravesaba a menudo con cierta emoción, nunca llevaba un duro y sabia como escapar rápidamente en caso necesario.A pesar de ello, nunca paso nada.
Todo eso a cambiado, esa inmensidad de negrura y espesor se ha convertido en funcionalidad, luz y cemento, con una simple mirada dominas todo el recinto. No sabemos ahora que pasara, pero desde luego, el parque ha perdido su dignidad, no me imagino a Mr Hyde recorriéndolo en busca de victimas, aun más ahora que tiene horario de cierre de mercería.
En ocasiones no es la acción la que busca su escenario adecuado, sino el escenario el que reclama una acción que sea digna de Él.
A mi, en el nuevo parque, no me entran ganas ni de fumarme un porro.
