jueves, 27 de marzo de 2008

INCERTIDUMBRE

No sé donde estaré dentro de un año, ni con quien, ni cómo,
ni dentro de un mes,
ni mañana, ni en el siguiente minuto a este.
Aunque crea que lo sé,

Re-Nací, con el paraguas de la incertidumbre en una mano,
y con un pan en la otra

jueves, 6 de marzo de 2008

Hechos incontrovertibles...


Con frecuencia los discípulos de Buda se lamentaban de que había acontecimientos o hechos que no podían modificarse o incluso se esforzaban por cambiar situaciones inevitables y luego, al no conseguirlo, se quejaban de que así hubiera sido.
Buda tenía que soportar pacientemente las quejas y los lamentos de algunos de estos discípulos que se desanimaban por no poder cambiar ciertas circunstancias y eventos. Reunió a todos los que así procedían y les dijo:
-Es de sabios aceptar lo inevitable; es de sabios modificar lo que pueda para bien ser cambiado; es de sabios saber qué se debe aceptar y que se puede modificar.
Después de unos momentos de pausa, agregó:
-Quiero que vayáis al estanque más cercano y hagáis lo siguiente: llevad con vosotros una roca y un bidón de aceite. Arrojad la roca al lago y echad una buena cantidad de aceite. Regresad después y contadme lo sucedido.
Los discípulos siguieron las instrucciones de Buda.
Llegaron hasta el estanque y a sus aguas arrojaron la roca y una buena cantidad de aceite. Estuvieron observando unos instantes lo sucedido y regresaron junto Buda, que les preguntó:-¿Qué ha sucedido?Uno de los discípulos habló por todos:
-Hemos comprobado que la roca se ha hundido y la mancha de aceite ha flotado.Y el maestro les dijo:
-Pues aunque consumierais toda vuestra existencia sentados a la orilla del estanque anhelando que la roca flotase y la mancha de aceite se hundiese, no lo conseguiríais.Simplemente, es la ley de los hechos incontrovertibles.



Si te gustan estos cuentos, podras encontrar más y sus explicaciones en :


lunes, 3 de marzo de 2008

Conozco dos caminos para descubrir
las zonas que no veo de mí mismo.
Uno es saber qué rasgos de los otros me irritan
y el otro es el reconocimiento de aquellos
comentarios que me hacen ponerme a la defensiva.

Si paso revista a mis últimos encuentros
puedo saber facilmente lo que me enoja de la gente,
pero si tengo una actitud defensiva
puede ser dificil reconocerlo.

El mejor modo que tengo de detectarlo
es gracias a los siguientes sintomas:contesto
apresuradamente, me siento en la necesidad
de hablar demasiado, y me impaciento
si me interrumpen. Me pongo explicativo y trato
de persuadir. Pero me siento frustrado incluso
si estoy teniendo éxito, como si el daño ya
se hubiera hecho. Pienso aceleradamente y
me resisto a detenerme y a reflexionar, como si
perdiese algo por hacerlo. Siento mi
cara fija y seria. Después de escuchar
el comentario por lo general rehuyo de mirar al otro.
Soy incapaz de tomar el comentario de otro modo
que no sea en serio; las palabras nunca me
parecen ligeras o divertidas. Cuando los
demás se dan cuenta de mi reaccion, puede que
ellos tomen la situación con liviandad. Yo me
siento entonces un tanto incomprendido y maltratado.