Un día conocí a un hombre. No era un ser excepcional. Sabia quien era y eso le había dedicado la mayor parte de su vida sin permitirle, casi, dedicarse a más. Tras largas reflexiones llego a la conclusión de que su alma pertenecía a dos ríos distintos. Uno de ellos siempre le dio inteligencia y “saber estar”, estimulo su creatividad así como su hedonismo.
“Pude ser un gran vividor si Tajo hubiera querido” repetía en voz baja.
Sin embargo su otro yo, le impidió avanzar.
Duero era “alter-ego”.
“Estuve muchos años frustrado por este dichoso Duero, solo aporta violencia y sin razón a mi alma, no entiendo, ni siquiera se molesta en esconderse, aparece y ya esta, con un raro olor a carne y putrefacción”, me decía
Siempre intentó apaciguar a Duero para que Tajo le encaminara por la senda de lo humano, sin embargo ya como hombre maduro, se dio cuenta que la mayoría de los problemas de su vida los había solucionado Duero. Mientras Tajo aromatizaba sus vivencias más graciosas, fue la mala ostia del Duero la que le ayudo a apretar los dientes en los momentos difíciles, agachar la cabeza y tirar.
“¿Qué puedes hacer cuando tu alma pertenece a dos ríos?.¿Dónde debo pescar, entonces?” me pregunto.
“No lo sé” le conteste, yo no entiendo de hombres ni de almas, solo se , que si me atrapas y me sueltas, otra vez, sea en uno o sea en otro, tendré la suerte de intentar buscarme la vida durante un día más, allí donde sea y bastante ocupado estaré ya en eso.
“Pude ser un gran vividor si Tajo hubiera querido” repetía en voz baja.
Sin embargo su otro yo, le impidió avanzar.
Duero era “alter-ego”.
“Estuve muchos años frustrado por este dichoso Duero, solo aporta violencia y sin razón a mi alma, no entiendo, ni siquiera se molesta en esconderse, aparece y ya esta, con un raro olor a carne y putrefacción”, me decía
Siempre intentó apaciguar a Duero para que Tajo le encaminara por la senda de lo humano, sin embargo ya como hombre maduro, se dio cuenta que la mayoría de los problemas de su vida los había solucionado Duero. Mientras Tajo aromatizaba sus vivencias más graciosas, fue la mala ostia del Duero la que le ayudo a apretar los dientes en los momentos difíciles, agachar la cabeza y tirar.
“¿Qué puedes hacer cuando tu alma pertenece a dos ríos?.¿Dónde debo pescar, entonces?” me pregunto.
“No lo sé” le conteste, yo no entiendo de hombres ni de almas, solo se , que si me atrapas y me sueltas, otra vez, sea en uno o sea en otro, tendré la suerte de intentar buscarme la vida durante un día más, allí donde sea y bastante ocupado estaré ya en eso.
Foto: "Embalse del Sotillo" Guadalajara
2 comentarios:
LA FELICIDAD
"Sacó algunas castañas de las brasas, les quitó la cáscara. Entrechocamos los vasos. Durante largo rato permanecimos allí, bebiendo y masticando sin prisa, como dos grandes conejos, mientras oíamos a la distancia los bramidos del mar.
Permanecimos silenciosos junto al brasero hasta muy entrada la noche. Comprendía yo nuevamente qué sencilla y frugal es la felicidad: un vaso de vino, una castaña, un mísero braserillo, el rumor del mar. Nada más."
Niko Kazantzakis
Y digo yo..."qué sencilla y frugal es la felicidad" y... ¿Por qué nos complicamos tanto la vida? sólo tenemos que hacer eso, ser felices.
Yo lo llamaría ...esquizofrénia acuática.
Sería peor si en tu narración apareciera el Guadiana.
UN besitoooooo
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